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Construcción de los “buenos villanos” dentro de las historias ficticias

Publié le 07/06/2024

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« Universidad del Valle Facultad de humanidades Escuela de Estudios Literarios Licenciatura en Literatura Seminario- Taller de Investigación Literaria Estudiante: Sara Valentina Miranda Perez Construcción de los “buenos villanos” dentro de las historias ficticias Cuando nos encontramos con historias inolvidables, en el cine, en la televisión y en la literatura, siempre terminamos agarrando cierto cariño a estos personajes ficticios que viven en estas.

Sin embargo, estas historias no serían lo mismo si no estuvieran bien equilibradas con un buen protagonista y un villano que se complementen y se desarrollen entre sí. Se realizará un análisis a antagonistas de algunas historias de ficción y de las principales razones por las que son reconocidos como “buenos villanos”. Desde aquellos villanos que desean la anarquía, a algunos que en su mundo son concebidos como bestias y monstruos, con los que entenderemos que la calidad de su antagonismo va más allá de su enemistad con su universo y está ligado a su construcción como personaje. Los personajes dentro de la ficción tienen ciertos rasgos y características específicas que logran hacer sentir al espectador o lector que pueden cobrar vida, lo que los hace memorables.

De esta manera vemos como Harry Potter, Han Solo, Indiana Jones, Katniss Everdeen, y Clarisse Starling entre muchos otros, son personajes que recordamos con entusiasmo, ya que logran encarnar algunos aspectos que el espectador reconoce como admirables o con los que logra empatizar.

En cambio, cuando hablamos de los antagonistas de las historias ficticias ¿estas características de personajes memorables también se les pueden atribuir? Parte de las cosas que se le aplican a un buen héroe en una historia son atribuibles para los villanos, después de todo los antagonistas no son necesariamente malos, sino que dentro de sus historias intentan encarnar los valores contrarios a la sociedad y son creados para ser diferentes a los del héroe de su mundo. «Por ejemplo el antihéroe no necesita ser el que “encarna los valores contrarios a los del héroe”, sino que puede ser también “el que no subscribe los valores asociados con el héroe sino otros”, que no tienen que ser “negativos”, sino que pueden ser simplemente “distintos” aunque igual de “positivos”, o al menos igual de positivos desde otros puntos de vista». (Gonzales Escribano 376) A pesar de que los villanos pueden tener atributos que pueden pertenecer a héroes en cualquier otra historia estos deben tener un límite que los separe del resto de personajes dentro de su universo. Hay algunos rasgos que aplican a varios villanos como el perfil psicológico y su visión del mundo como le pasa a Alexander DeLarge, Patrick Bateman y a Hannibal Lecter; otra característica que también se puede adaptar a varios personajes, es la forma en que sus mundos los tachan de malvados por algún rasgo con el que no estén de acuerdo del personaje, caso usual de aquellas femme fatale de las historias ficticias.

Estas características se abordarán a más profundidad en el desarrollo del texto tomando en cuenta algunos ejemplos de personajes que fueron construidos con estos rasgos. Un villano comenzará a ser considerado de esta forma mientras en su universo se presente como la antítesis de lo “correcto”, o sus métodos para lograr su objetivo sean definidos como inadecuados.

Entonces podríamos definir a los antagonistas, como aquel que esté en contra de los ideales morales de su mundo: la persona que el héroe de su historia nombra como malo. Es un análisis complejo de realizar porque los personajes que son profundos y que definitivamente dejan un impacto en el público son aquellos que no son polarizados y no se definen por ser únicamente “malos” o “buenos”, sino aquellos que son formados también por tonalidades grises.

A pesar de esto, se puede seguir una línea tomando ejemplo de los villanos que están bien construidos dentro de su narrativa ficticia, que además toman ciertas características particulares. Siguiendo los caracteres que le da E.

M.

Forster a los personajes, clasificándolos como planos o redondos, podemos afirmar que los personajes antagónicos calzan mejor como personajes redondos, porque estos deben desarrollarse con objetivos, y rasgos que se califiquen como moralmente opuestos a los descritos en su universo, teniendo un carácter marcado para desempeñar tan importante papel en su mundo narrativo.

Aquí podemos ver el caso de Lord Voldemort en la saga de Harry Potter, un personaje que creía firmemente que sus ideales debían permanecer en el mundo mágico, con actos congruentes a su pensamiento y a su objetivo final, creyente fiel de que su meta fuera la correcta y utilizando todos los medios posibles, a pesar de ser malignos para llegar a su fin. Siguiendo la línea que da Christopher Vogler, en “El Viaje del Escritor” cuando nos dice que los personajes cumplen una función con respecto a su historia, podemos detallar como los algunos antagonistas son complementos y consecuencias directas del mundo narrativo.

Un personaje que se incorpora de esta forma en su universo es Makishima Shougo (Amano et al.), debido a que este vive en un Japón distópico donde el gobierno busca controlar la conducta de las personas por medio de un dispositivo que permite saber cuando la gente tiene el perfil psicológico para cometer un crimen, en este mundo Makishima que con sus ideales anarquistas opina que los seres humanos deben tener el completo control sobre sí mismos y no ser regidos por máquinas, es decir tener la libertad de desarrollar por completo su naturaleza sin limitaciones. Debido a que los personajes son producto directo de su contexto, la historia que se desarrolla en torno a los villanos debe ser correspondiente a su entorno.

Si vemos a Jean Baptiste en “el perfume” (Süskind) nos damos cuenta de que su forma de actuar, y su personalidad corresponde con su historia de origen: Un hombre que desde su nacimiento fue ignorado por todos y que su propósito era ser percibido, comenzado a maquinar un plan para que la gente lo reconociera desde la forma en que él consideraba a la belleza, es decir desde el olfato, lo que lo lleva a ignorar las leyes morales existentes para asesinar a mujeres jóvenes. «Entre los contextos que más influyen a los personajes se incluyen la cultura, la época histórica, la situación geográfica y la profesión.

Todos estos aspectos culturales influirán de forma muy amplia en el carácter de los personajes y determinarán su forma de pensar y de hablar, sis valores, sus inquietudes y su vida emocional.» (Cañelles López 21) Por otra parte, cuando detallamos a los villanos nos enfrentamos a un personaje que no puede ser completamente estático (si fuera estático no tendría un desarrollo complejo como antagonista), el ejemplo más claro puede ser Alex DeLarge (Kubrick), ya que en su historia su personalidad y sus acciones se transforman dependiendo del ambiente al que es expuesto: comienza siendo un muchacho problemático, luego va al reformatorio donde intenta manipular al capellán para que le den libertad, después pasa por el tratamiento experimental que le modifica su comportamiento, logra salir y sufre por culpa del ambiente de la sociedad corrupta, lo que lo hace regresar a su conducta perversa. «El personaje es dinámico y móvil, y tan pronto como logremos visualizarlo se arremangará y se pondrá a actuar, con un movimiento detrás de otro, con las manos en la masa de la ficción.

» (Cañelles López 24) Los villanos pocas veces son conscientes de su antagonismo, debido a que están cegados por sus propósitos, consideran que mientras sus ideales sean correctos, ellos serán los héroes, aunque cometan actos malvados.

«Quién se atreverá a dudar de un buen escritor al que no se le ocurre poner en tela de juicio la existencia de sus personajes.» (Cañelles López 17) Claro que hay excepciones, entre estas vemos a Hannibal Lecter (Demme), Alex DeLarge (Kubrick)y a Patrick Bateman (Harron), que siendo sociópatas reconocen que sus actos son incorrectos, pero los justifican según la psicología interna de cada uno. Un rasgo que no debe faltar en un antagonista –como en cualquier otro personaje– es que debe ser motivado por alguna emoción fuerte «el personaje ha de sentir como un ser humano lo haría, por más que la acción resulte desenfrenada o absurdo» (Cañelles López 33), si detallamos al monstruo de Frankenstein vemos que su deseo de venganza contra su creador, viene de los sentimientos desenfrenados, de enojo y tristeza que lo confunden al ver como es rechazado por las personas y el mismo Victor Frankenstein (Shelley). Las problemáticas sociales y culturales actuales se ven reflejadas en la ficción y en la manera en que las personas perciben a las historias.

Ahora nos presentan las historias y podemos analizar ampliamente la forma en que empatizamos con los personajes. Los espectadores y lectores de las historias ficticias pueden tener distintas reacciones provocadas acordes a lo que sucede en el papel o en la pantalla.

Algunos solo repudian al antagonista de la historia, debido a sus ideales y sus acciones.

Sin embargo, hay personajes específicos que los espectadores encuentran atractivos, ya sea porque empatizan con su historia de.... »

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